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Las sensaciones dolorosas o no dolorosas en partes del cuerpo que han sido amputadas se denomina síndrome del miembro fantasma.

Las sensaciones no dolorosas se pueden dividir en la percepción de movimiento y la percepción de sensaciones externas, incluyendo tacto, temperatura, presión, vibración y picazón. 

"Las sensaciones de dolor van desde ardor y dolores punzantes hasta sensaciones de hormigueo, alfileres y agujas".

Mientras que el síndrome del miembro fantasma ocurre solo en amputados, se pueden percibir sensaciones fantasmas en personas que han sobrevivido accidentes cerebrovasculares, pero que han perdido la función de ciertas partes del cuerpo o que tienen una lesión de la médula espinal o una lesión del nervio periférico.

Historia del síndrome del miembro fantasma

Fue descrito por primera vez en 1552 por el cirujano francés Ambroise Paré, que operó a soldados heridos y escribió sobre pacientes que se quejaban de dolor en extremidades amputadas.

El mismo síndrome fue observado más tarde por el científico, matemático y filósofo francés René Descartes, el médico alemán Aaron Lemos, el anatomista escocés Sir Charles Bell y el médico estadounidense Silas Weir Mitchell, que atendió a soldados heridos en Filadelfia durante la Guerra Civil estadounidense.

El médico escocés William Porterfield, escribió un relato de primera mano sobre el síndrome del miembro fantasma en el siglo XVIII, luego de la amputación de una pierna. Fue la primera persona en considerar la percepción sensorial como el fenómeno subyacente del síndrome.

En la década de 1990, los investigadores descubrieron la neuroplasticidad, la capacidad de las neuronas en el cerebro para modificar sus conexiones y comportamiento, lo que podría explicar los fenómenos de dolor que se habían observado en asociación con el síndrome del miembro fantasma.

Se descubrió que el dolor del miembro fantasma se explicaba específicamente por "La neuroplasticidad de expansión del mapa" (reorganización cortical), en la que las regiones locales del cerebro, cada una dedicada a realizar un tipo de función y reflejada en la corteza cerebral como "mapas", pueden adquirir áreas del mapa fantasma no utilizado. 

Causas del dolor del miembro fantasma

Distinto al dolor originado por un golpe habitual en alguna de las extremidades, el dolor por síndrome del miembro fantasma se origina a partir de señales enviadas desde el cerebro, a través de la medula espinal.

Este es un concepto importante a considerar, porque el tratamiento para este dolor es diferente al tratamiento que se recibiría para otros tipos de dolores. Básicamente, todas las terapias para el síndrome del miembro fantasma se enfocan en modificar las señales del cerebro o médula espinal.

Algunas condiciones o actividades pueden desencadenar dolor en el miembro fantasma, algunas de estas actividades pueden ser:

  • Micción o defecación.
  • Relaciones sexuales.
  • Angina.
  • Fumar cigarrillos.
  • Variaciones en el clima.
  • Diversas infecciones.
  • Exceso de frío.

Se pueden evitar algunos factores desencadenantes, por ejemplo, se puede prevenir el estreñimiento o dejar de fumar.

Para otros desencadenantes, solo se tendrá que comprender y tratar en consecuencia, por ejemplo, ¡no podrás evitar que cambie la presión atmosférica, pero podrás comprender que tu dolor del miembro fantasma podría ser más severo en días con grandes cambios en el clima!

Las personas a menudo son reacias a decirle a alguien que están experimentando dolor o sensaciones de miembro fantasma, por temor a que se les considere "locos". Sin embargo, es importante informar estos dolores tan pronto como se comience a experimentar para poder comenzar algún tratamiento. 

Síntomas del síndrome del miembro fantasma

Aunque no se sabe completamente por qué ocurre el síndrome del miembro fantasma, la investigación muestra que las células cerebrales comienzan a reconectarse para acomodar la pérdida de una parte del cuerpo (neuroplasticidad) después de la amputación, y en este proceso, puede haber incidentes en los que el cerebro intenta conectar una parte del cuerpo que ya no está unida.

Una persona con síndrome del miembro fantasma puede experimentar percepciones de sensación neutras y negativas en una o más extremidades faltantes.

Algunas de las sensaciones que un paciente puede experimentar en el área donde solía estar una extremidad incluyen:

  • Cambio de temperatura.
  • Dolor crónico.
  • Comezón.
  • Presión/tacto.
  • Vibración.

Tratamiento para el síndrome del miembro fantasma

Aunque los síntomas dolorosos del síndrome del miembro fantasma se resuelven solos en algunos pacientes, otros pacientes pueden experimentar dolor crónico severo, a veces debilitante. 

Medicamentos 

Muchas veces, esto dolor puede controlarse con medicamentos como analgésicos (Aspirina y acetaminofén), hipnóticos sedantes (Benzodiacepinas), antidepresivos (Bupropión e imipramina) y anticonvulsivos (Gabapentina).

Ciertos medicamentos, como la ketamina (un anestésico) y la calcitonina (una hormona), administrado antes de la cirugía de amputación, disminuye la probabilidad de desarrollar síntomas de dolor posteriores. 

Terapias de afrontamiento

Las técnicas de afrontamiento, incluida la hipnosis, la relajación muscular progresiva y la biorretroalimentación (una capacidad aprendida para regular las funciones corporales), han ayudado a algunos pacientes a controlar sus síntomas.

Otros tratamientos no quirúrgicos

Los tratamientos no quirúrgicos que pueden aliviar el dolor fantasma incluyen la terapia de choque (o terapia electroconvulsiva), la acupuntura y la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea.

Tratamientos implantables

Los tratamientos implantables, generalmente utilizados solo después de que los tratamientos no invasivos han fallado, incluyen la estimulación cerebral profunda, los sistemas de administración de fármacos intratecales y la estimulación de la médula espinal.

Terapia del espejo en miembro fantasma (mirror box)

Esta es una terapia para el síndrome del miembro fantasma desarrollada a mediados de la década de 1990, ha sido utilizada por un pequeño número de pacientes con éxito en el alivio del dolor asociado con "parálisis aprendida", a menudo experimentada por pacientes cuyas extremidades faltantes estaban paralizadas antes de la amputación.

El paciente coloca la buena extremidad en un lado y el muñón en el otro. Luego, el paciente mira al espejo en el costado su buena extremidad y realiza movimientos "simétricos de espejo", como hacemos cuando aplaudimos, por ejemplo.

Cuando el paciente ve el reflejo de la extremidad intacta en el espejo, se engaña al cerebro para que "vea" la extremidad fantasma. Al mover la extremidad intacta y observar su reflejo en el espejo, un paciente puede entrenar al cerebro para "mover" la extremidad fantasma y así aliviar la parálisis aprendida y el dolor asociado.

Este enfoque utiliza la preferencia del cerebro para priorizar la retroalimentación visual sobre la retroalimentación somatosensorial / propioceptiva con respecto a la posición de la extremidad.

En condiciones como el dolor de miembro fantasma (PLP), accidente cerebrovascular o síndrome de dolor regional crónico tipo 1 (CRPS1) donde los procesos neuropáticos causan problemas con el dolor, relacionados o no relacionados con el movimiento, se cree que este enfoque ofrece un alivio potencial.

En conclusión

Muchos síntomas de la extremidad fantasma desaparecen por sí solos a medida que el paciente se adapta a la pérdida de una extremidad.

Para aquellos que continúan teniendo síntomas intensos, el tratamiento centrado en la función del cerebro, como la meditación o la terapia mental, puede ayudar en la recuperación.